“LAS PERSONAS DE LA TERCERA EDAD REQUIEREN DE UNA MAYOR ATENCIÓN REGLAMENTARIA”

INTRODUCCIÓN “La obligación de dar alimentos es recíproca, dice el Código Civil del Estado de Michoacán. El que los da tiene a su vez el derecho de pedirlos” (art. 259). Castiga la ley con pena corporal al que sin motivo justificado abandona a sus hijos o su cónyuge sin recursos para atender a sus necesidades de subsistencia...” (art. 221 C. P.) La obligación presupone que una de las personas (el acreedor alimentario) se encuentra necesitado, y que la otra, el deudor alimentario, se halla en aptitud de proporcionárselos, la Suprema Corte de Justicia mantiene con toda razón que es de interés social que jamás se impida al acreedor alimentario, recibir la protección necesaria para su subsistencia; sin embargo, en la práctica no ocurre así, aún cuando lo establece nuestro Código Civil en su artículo 273, sobre quienes tienen acción para pedir el aseguramiento de los alimentos, dicha lista es sólo de carácter enunciativo, debido al número de sujetos limitados legitimados que no cumplen con su cometido y aún que el Ministerio Público es uno de ellos, casi o nunca llega a conocer sobre delitos de incumplimiento de obligaciones de asistencia familiar. Tanto la humanidad como el orden público, representados por el Estado, están interesados en proveer al nacido en todas sus necesidades, sean físicas, intelectuales o morales, ya que el hombre por sí sólo y seguramente en muchas situaciones, es imposible que se baste a sí mismo para cumplir el destino humano. La ley al regular el problema de los alimentos, debe cuidar de no fomentar el vicio de la holgazanería. No se funda la obligación de dar alimentos en un cuasi-contrato entre procreantes y procreados. Tampoco podemos tomarlo como una anticipo de la herencia. El fundamento de la obligación es el derecho a la vida que tienen las personas, del que es emanación la asistencia, como conjunto de prestaciones a que el hombre tiene derecho, que se traduce en el deber de alimentos, y que no se concreta a la sustentación del cuerpo, sino que se extiende al cultivo y educación del espíritu, puesto que el hombre es un ser racional. Si bien hemos oído en innumerables ocasiones, “el hombre tiene derecho a vivir y a progresar”, hay épocas en la vida en las que forzosamente ha de depender de otros; hay también circunstancias en las que, sin culpa de su parte, no podrá allegarse personalmente lo necesario para su subsistencia; específicamente hago referencia a las personas de la tercera edad. El Código Penal del Estado de Michoacán hace referencia en sus artículos 221 y 222, sobre el tipo de delito Incumplimiento de obligaciones de asistencia familiar y la sanción que corresponde, enfatiza a los hijos o cónyuge que sean víctima de abandono, pero no lo hace sobre los ascendientes. Y qué decir sobre el Código Civil, muchos artículos, fracciones y títulos rezan en defensa de hijos(as), cónyuges, concubinos, etc. Y sólo un artículo y una fracción en materia de alimentos para los adultos mayores